Los negociadores encargados de actualizar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA, por su sigla en inglés) han celebrado diversas reuniones desde mediados de julio. Los voceros sostienen que se han logrando avances significativos a niveles técnicos y políticos, por lo que no descartan poder alcanzar un acuerdo hacia fines de agosto. En paralelo, las autoridades de México trabajan en otros aspectos comerciales de su política exterior: establecen una inédita alianza con los grandes productores mundiales de automóviles, y buscan proveedores de trigo alternativos a Estados Unidos, como Argentina y Rusia. El titular de la Secretaría de Economía de México, Ildefonso Guajardo, aseguró a la prensa que 20 de los 30 capítulos del nuevo NAFTA 2.0 ya se encuentran acordados. Parte de los puntos sin resolver son los más críticos, sin embargo: reglas de origen para la industria automotriz -el porcentaje solicitado oscila entre el 70% y 85%-, la cláusula sunset de posible extinción del acuerdo cada cinco años, y la temporalidad en los productos agropecuarios -Estados Unidos solicita que, en las temporadas en que produzca cierto bien, México y Canadá estén imposibilitados para exportarlo a su mercado. Los negociadores más entusiastas no descartan que se pueda...
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